Hace años, muchos años yo era un adolescente de 15 años al que ya le gustaban las motos y coches. Reconozco que durante mucho tiempo las motos fueron elementos preferentes de mi afición pero ya entonces la marca Porsche formaba parte de mis sueños. Alguien me facilitó las direcciones de los headquarter de varias marcas, entre ellas Porsche, a las que no dudé en escribir - en cuartilla cuadriculada y con quasi ilegible letra quinceañera - solicitando posters, fotos, etc. De unas doce cartas enviadas sólo me respondieron dos: una con cuatro fotos churretosas que en realidad se parecía poco a lo solicitado y otra, ¡Oh maravillosa fábrica de sueños!, enviándome 4 estupendos posters con fotos en carrera de varios eventos. Ésta última fue Porsche. Desde entonces mi sueño ha tenido este nombre; y su apellido: 911. La historia de mi Targa nace año y medio atrás tras haber estado mucho, mucho tiempo mirando sin ver y buscando sin hallar. En realidad no tenía decidido comprármelo por aquello de que cuesta una pasta, de qué hace un tío como yo con un coche como éste, etc. Pero ese verano vi cómo un amigo mío ya había hecho realidad su sueño y empecé a preguntarme ¿Por qué no?. Mientras la family todavía estaba de vacas y yo retorné a la cruda realidad a principios de Septiembre tuve tiempo para hacer de Rodríguez por varios centros Porsche de Barcelona y páginas web al efecto. Cuando lo encontré quedé prendado. Pasé por la exposición dos o tres veces para admirarlo hasta concertar una prueba. Fue un martes por la tarde. Carretera de Vallvidrera arriba. Techo abierto. Rugir de potencia envuelta en suave y dócil guante de seda. Todos mis sentidos se confundieron con el coche, no había nadie más allá: el Targa y yo. Poco a poco pero rápidamente nos amoldamos el uno al otro, fue un acoplamiento perfecto. Recuerdo que había poco tráfico, pero no tenía la paciencia de esperar por el poco que había: adelanté a los dos o tres coches que me encontré percibiendo como mi acompañante del concesionario se cogía cada vez más fuerte – gracias Eduardo por tu comprensión si algún día lees esto –. Bajamos hasta Sant Cugat y regresamos por la autopista. Ya no había vuelta atrás, estábamos hecho el uno al otro. Ese fin de semana le enseñé un par de fotos a mi mujer, pero ni le puse mucho énfasis ni tampoco había tomado una decisión racional 100%. El corazón tenía claro el tema, la razón todavía no. Pero no tardó mucho tiempo el corazón en ganar la partida. La semana siguiente salía de viaje al extranjero para regresar el viernes. Tanto por teléfono como por email acabé de arreglar todos los papeles para hacerlo mío. Ese viernes, del aeropuerto al concesionario; del concesionario a la Cerdaña a lomos de mi sueño. Cualquiera que me viera no entendería la embobada sonrisa de mi cara. Pero seguro que vosotros sí. Tenías que haber visto la cara de mis niños al aparecer en casa. Y mi mujer… mirándome con esa sonrisa de satisfacción por ver mi sueño cumplido a la par que esa mirada de pequeño reproche por ser como un niño pequeño que no puede pasar sin su juguete… ¡Fue magnífico! Como premio a su comprensión nos obsequiamos con un pequeño viaje de placer: de Barcelona a Stuttgart disfrutando de cinco días de libertad y Porsche. Relais Chateau en Baux en Provence a la ida, Stuttgart y su Museo Porsche, Castillo del siglo XIII a 50 km de Lyon a la vuelta. Carreteras sinuosas para trazar con el techo abierto. Autopistas veloces para ir pisando poco a poco hasta ponerlo a 277 sin atreverme a tocar fondo… Y, desde entonces, los mejores 30.000 km de mi vida, disfrutados uno a uno, todos saboreados. Tanto sólo, como en pareja o con los niños.
eso es una història d'amor bien bonita...si señor!!! felicidades por cumplir tu sueño, y por cumplirlo a tu manera!!!
Yo siempre digo que no tengo relaciones emocionales con las cosas, pero leyendo relatos así me lleno de dudas. Bueno, os dejo que voy a ver cómo esta mi "nene":[angel]
Bonita historia, si señor.La relación de un :[porsche] con su dueño , a diferencia de algunos matrimonios, se fortalece con el paso del tiempo. :[applause]
Me encanta leer estos relatos... son parte de la filosifía PORSCHE!!! Estan por encima de uno mismo. Felicidades por cumplir tu sueño!
Enhorabuena por el relato, me ha llegado.... Está para patentarlo y que no te lo copien, que hay mucho pirata suelto
Bonita historia y llena de sentimientos para que despues digan que solo son coches. Los :[porsche] son mucho mas.
Nuestros Porsches son parte de nuestra vida, mucho más que un automóvil, son en la mayor parte de nosotros la realización de un sueño de infancia. Enhorabuena por tu relación con tu :[porsche]
Para todos. Gracias por vuestras palabras. Además de mi :[porsche] , tanto mi half orange como mis :[yahoo] :[yahoo] :[yahoo] :[yahoo] (4) churumbeles me quieren cada día más. Me siento afortunado además por contar con motivaciones como las vuestras!
Bonita história, gracias por compartirla con nosotros. Lo de la sonrisa tonta en la cara, creo que nos ha pasado a todos y particularmente despues de un año aún me esta pasando. Creo que se debe a la metamorfosis que sufrimos al entrar y arrancar nuestros :[porsche] . Antes de entrar en él, aparento que tengo 41 años , una vez dentro es como si tuviera 18. Saludos
:[applause] :[applause] :[applause] SÍIIIIIIIIIIII !!!!!!! ERES DE LOS NUESTROS!!!!!! Enhorabuena por el relato y bienvenido, será un placer conocerte en alguna quedada. saludos jm
Estos relatos son los que de verdad enseñan la autentica pasión :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] Habrá gente que te entienda, pero desde luego en este foro, TODOS sabemos lo que se puede sentir. Cada dia estoy más convencido de la cita de mi firma
RFR me has alegrado con tu relato un dia pesimo, de verdad , me ha vuelto la ilusion poco a poco ..... preciosa historia la tuya ... :) Un abrazo Saludos :[porsche]
Sólo dos palabras. La 1ª: IMPRESIONANTE. La 2ª: GRACIAS. Va por todos: :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] :[applause] Va por los 911: (sin perjuicio del resto family :[porsche] . :) ) ... hasta una quedada!