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Viaje a Italia: De Maranello a Florencia y alguna cosa más

Tema en 'Viajes racing' comenzado por Aristharcus, 27/9/13.

  1. Pereña

    Pereña Gran Experto Porschista

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    Precioso el Stratos! :drooling

    Pues precisamente por Saint Jean Pied du Port (Donibane Garazi) paso en mi camino a casa de la TransPirenaica :D

    Es un pueblito que me ha fascinado desde la primera vez que fui. Tiene un encanto especial y aunque vayas otra vez, vuelve a enamorarte.

    Subir por su calle principal adoquinada y rodeada de casas de los S. XV y XVI hasta la Ciudadela del S. XVII de este recinto amurallado es una delicia.

    Los otros pueblitos que comentas (así como otros muchos cercanos a esa zona) son también dignos de mención. Los pasos cercanos entre Francia y España de toda esa zona también son preciosos, tanto a nivel de conducción como paisajístico.
     
  2. buey103

    buey103 Senior

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    ¡¡¡¡Queremos más del viaje a la bella Italia!!!
     
  3. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Voy, voy ... esta noche subo el Maranello - Bolonia - Florencia :)
     
  4. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Domingo 15 de Septiembre: De Maranello a Florencia

    Nos levantamos con la sonrisa en la cara del día anterior. Amanece nublado pero nos da igual. Que experiencia tan inolvidable la de ayer. Para mi, probablemente casi lo mejor del viaje, y esto es mucho decir, puesto que nos falta Florencia.

    Tras el protocolo habitual de ducha y desayuno nos disponemos a pagar, estructurar un poco el maletero del coche (las bolsas de la Ferrari Store ocupan espacio de narices) y abandonar el Maranello Palace. He de decir, antes de que se me olvide, que en el comedor del hotel, donde se sirven los desayunos, hay un par de plasmas donde de forma continua se emiten carreras, bien de F1, bien de GP2. Detalle importante para que seamos conscientes, desde primeras horas del día, donde estamos.

    Una vez dejado el hotel atrás callejeamos por Maranello para despedirnos de un pueblo que tantas sensaciones nos ha transmitido. Decidimos parar a repostar aunque tenemos autonomía aún para unos 300km, ya que es pronto y tenemos una agenda bastante tranquila para hoy.

    Hay que decir que en Italia, al igual que en muchos pueblos de Francia, las gasolineras están cerradas los domingos y que lo que tienen son unas máquinas semiautomáticas donde tu has de meter dinero o tarjeta y ellas te suministran el fluido a razón de unos 1,75 Euros por litro de gasoil. Digo lo de “semiautomáticas” porque lo ideal sería que sencillamente te arrimases y ellas se encargaran de todo el proceso. Reconozco no obstante que esto es una cuestión semántica.

    Para este tipo de cosas nunca utilizo la tarjeta de crédito. Si la máquina falla, adiós tarjeta y a reclamar a los Medici (no hay maestro armero en Italia), lo cual llevaría al menos un par de días, así que viruta a la ranura, que es dosificable y además, como dice un buen amigo mío su uso “no deja rastro”. Me lio un poco y rápidamente viene una ragazza que está echando combustible en la máquina de al lado a echarme una mano. Entre que ando un poco dormido todavía y que la ragazza está de buen ver no me entero muy bien de la fiesta. Le doy las “grazzie” con mi mejor sonrisa mientras pienso “que agradable es la gente en Italia”. La chica se marcha y me fijo mejor en las instrucciones. Bueno, parece que todo está claro. Saco cincuenta Euros y los meto por la ranura.

    Como si los hubiera metido en un agujero negro. No pasa nada, ni fluido ni mensaje de error, ni respuesta de los botones ni nada. Trato de pensar. De hecho mi cabeza ha funcionado durante muchos años en temas de ingeniería, pero las criticas de la otra persona que llevo abordo empiezan a quitarme la sonrisa. Además, un matrimonio italiano en edad madura está repostando tranquilamente tres metros detrás. Presión. Quiero decir que siento presión, no que exista presión en la manguera del fluido. Muevo el coche para no entorpecer a nadie y me pongo a pensar.

    Intentar meter otros cincuenta Euros es estúpido ya que no quiero correr el riesgo de gastarme cien Euros y no obtener nada de combustible. En mi cabeza empiezan a brotar improperios en ese momento contra todo lo italiano que existe y se menea. El cabreo va a mas. En ese momento el italiano del matrimonio maduro me mira, saca la manguera de su coche y me la enseña, diciéndome amablemente que si quiere que eche de ahí. Alucino mientras le contesto que no puedo, ya que él está echando gasolina mientras que yo utilizo gasoil. El sigue pues repostando y yo sigo pensando que este tipo de cosas son increíbles y que solo pueden pasar en Italia. Estoy de pie, al lado de la puerta del coche tratando de “resetear” la cabeza. Bueno, lo mejor será salir carretera hacia Bolonia y ya veremos. Breves segundos después el italiano se me acerca y me da un billete de cincuenta Euros. Ahora si que no comprendo nada. Se acerca también la mujer y nos ponemos a hablar (hay que recordar que mi Italiano es limitado) y al fin nos salta a todos la risa tonta cuando comprendemos que por alguna extraña razón mis cincuenta Euros habían cargado la máquina de atrás. Ríase usted de las escopetas de feria. Nos desean buen viaje y se van. Vuelve la sonrisa a nuestra cara y empieza ahora una reflexión: Pasaría esto en España? ¿Si alguien mete dinero en una máquina para repostar y el que reposta es el de al lado de forma gratuita sin que nos diésemos cuenta, nos devolvería el dinero, o silbaría un tango? Prefiero no tener que responder, pero este tipo de cosas es lo que hace que recuerdes un país con mucho cariño.

    Abrimos ruta hacia Bolonia, ya que hemos quedado con un buen amigo de Ravenna para comer. Hace ocho años que no nos vemos y para él es un desplazamiento de unos 80 km. por autopista (la cual recuerdo como bastante buena en el 2002). Paolo conoce muy bien Bolonia ya que estudió allí en sus años mozos. Por cierto, nunca he entendido cómo siendo un ingeniero mecánico y siendo además italiano, no le da más por los coches. Es, además, un buen profesional. He visto sus diseños y el tío es bueno. En fin, supongo que cada persona es un mundo.

    El caso es que Paolo ha hecho una reserva para las 12:30 en el restaurante el Meloncello, en la Via Saragozza, 240 (Ricky, estáis en todos los sitios!), así que datos al navegador y a navegar por la A1, esta vez con un tráfico bastante fluido. Es domingo y la cultura italiana es muy de comer en casa los domingos con la familia.

    Llegamos en un pis-pas y encontramos donde aparcar sobre las doce menos cuarto. Sigue nublado y el sitio, el cual tiene un poco pinta de tugurio, está cerrado. Damos un pequeño paseo, compramos una revista y nos sentamos tranquilamente en un banco a esperar. Os paso foto de la Via Saragozza. Dicen que cuando llueve puedes ir por toda Bolonia sin mojarte, por los soportales. Exageran, seguro, pero todos estos soportales le dan un punto a la ciudad:

    [​IMG]

    A la hora acordada nos encontramos con Paolo y su mujer. Hemos cambiado físicamente en estos ocho años, pero tampoco tanto. Entramos en el Meloncello, el cual, ya abierto y no se si por la calidez del ambiente, ya me parece menos antro. Según me cuenta Paolo en un aparte, le tiene un especial cariño, ya que era un sitio donde solía traer a sus amigas en los años que vivió en Bolonia. Tras sentarnos en una mesa traen a un camarero que habla Español, lo cual no es, obviamente, necesario, pero lo tomamos como un “cumplimenti” más. Llevamos ya una semana en Italia y mejor no nos pueden estar tratando.

    El cámarero es de lengua ágil y ante las dudas ante la carta y mis ganas de comer ligero me dice: “pero por favor, usted no puede venir a Bolonia y comer especialmente sano. Se nos conoce como ‘Bolonia la grasa’”. Sigo pensando y me decido por unos Fetuccini a la Bolognesa. El cámarero no cierra la boca:

    “Le voy a traer unos fetuccini con una bolognesa que no va a olvidar en su vida. Y no es una amenaza”.
    “Pues adelante con los faroles”, respondo.

    Los fetuccini resultan sabrosísimos, aunque no especialmente grasos o fuertes. “Estos no han comido en Asturias”, pienso. Lo que si me llama la atención es el vino que nos han traído. Se trata de un tinto “fressante”, es decir, con burbujas. No, no se trata de un espumoso como los que conocemos aquí y no tiene nada que ver con el cava o con el champagne. Es tinto con gas carbónico pero no es tinto con casera, no. Es un vino tinto con una burbuja muy fina y delicada, de sabor con cierto cuerpo y algo afrutado. Delicioso. Se hace extraño al principio pero a lo bueno se acostumbra fácilmente uno, ya sabeis.

    Terminamos de comer y es la hora de irnos hasta el centro de la ciudad a conocer la Basílica de San Petronio. A estas alturas ya sabemos que el aparcar en el centro de las ciudades italianas es poco menos que magia, así que en el plan trazado semanas antes está coger un taxi. Llamamos otra vez al camarero. Paolo se encarga del parloteo. El vino fressante ha hecho cierto efecto, así que añado:

    “si, vorriamo un taxi potente. E rosso”
    “deme la tarjeta de crédito”, contesta el camarero, desafiante. Más risas.

    Llegamos a la Piazza Maggiore. Un entorno precioso. La Basílica es monumental y enseguida nos dice Paolo que se trata de la quinta iglesia más grande del mundo. O sea que ya llevamos dos, tras la de Milán, de tan selecto grupo. Curiosamente está totalmente prohibido hacer fotos dentro, así que las fotos que hacemos han de ser totalmente disimuladas. Foto de la plaza:

    [​IMG]

    Uno de los mayores atractivos de la Basílica es la Meridiana de Cassini. A ver, disculpadme, pero voy a ponerme en modo “niño de cesta y puntos”. Giovanni Cassini fue un astrónomo Italiano del siglo XVII que en sus tiempos llegó a convertirse en director del Observatorio de Paris (no os extrañéis, también Leonardo se fue a vivir a Francia, esta gente no era tonta, precisamente) después de ser profesor de Astronomía en la Universidad de Bolonia. El descubrimiento por el que ha pasado a la historia es haber sido el primer astrónomo que observó una división en los anillos de Saturno, la cual es un vacío de 5.000 kilómetros en sus anillos. Dicha división se conoce desde entonces como “División de Cassini” y hoy en día puede apreciarse con un humilde telescopio de 80mm de apertura e incluso de 70mm y hasta de 63mm (2,5 pulgadas para ser exacto) si el telescopio es de buena calidad. Cuando se observan por primera vez parece casi increíble que desde aproximadamente mil quinientos millones de kilómetros podamos observar esa división de 5.000 km como un hilo negro en medio de los anillos. Da una buena perspectiva de nuestro sistema solar.

    Volvamos a la Basílica, y especialmente a su Meridiana de 67 metros. Básicamente es hacer un diseño en la arquitectura de un edificio en el cual se determina un punto de entrada de luz solar para que se proyecte sobre una línea trazada en el suelo del edificio, llamada “meridiana”. La luz se proyecta exactamente al mediodía y va cambiando de posición día a día sobre la meridiana, de forma que sobre dicha meridiana se puede ver tanto el día en el que estamos como en qué parte del zodíaco está el sol en un determinado día del año. Todo esto es importante, ya que con un sistema así se puede determinar tanto los solsticios de invierno y de verano como los equinoccios de otoño y especialmente de la primavera. Este último dato es de la mayor importancia para la Iglesia Católica ya que a partir de entonces se puede determinar la fecha exacta en la que cae la celebración de la Pascua: Primer domingo después de la primera luna llena de primavera. En otras palabras: el primer domingo de la luna llena que coincida o que suceda al equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Para el que quiera saber más sobre todo esto me gustaría recomendar el libro “The sun in the church: Cathedrals as Solar Observatories”, de Heilbron (Harvard University Press, 2001). Vamos a ver la Meridiana, que ya está bien de tanto rollo:

    [​IMG]

    Como no es mediodía y sobre todo, debido a que está nublado, nos dedicamos a buscar el punto de entrada del sol en la Basílica, el punto que ilumina la Meridiana. Yo me siento bastante seguro de mis habilidades, ya que conozco el meridiano de la Iglesia de Saint-Sulpice en Paris y el de la Catedral de Amberes, el cual no suele venir referenciado en ninguna guía turística, pero el vino fressante parece insistir en hacerme algo más torpe de lo habitual, y es finalmente mi mujer quien lo encuentra:

    [​IMG]

    Una vez descubiertos los secretos astronómicos de la Basílica tomamos un café rápido en una de las terrazas de la Plaza Mayor. Cae un par de gotas. Gotas gordas, pero aisladas. Cogemos un taxi y nos vamos rápidamente de nuevo hacia la Via Saragozza a coger el coche. Paramos en una gasolinera y dejamos que Paolo se entienda con la máquina. Llenamos el depósito y nos despedimos con un fuerte abrazo. Es curioso, pero no parece que hayan pasado ocho años. Hablando de nuestras cosas tenemos la sensación de que han pasado solo ocho días o así.

    Tomamos de nuevo la A1, la cual parece ya amiga nuestra de toda la vida. Hay que pasar los Apeninos para bajar después hacia Florencia, nuestro destino de hoy. La recuerdo con tráfico pesado, pero poca cosa más. Se pone a llover más. Y más. Y aún más.

    En plenos Apeninos los cielos parecen abiertos por completo y jarrea a la italiana. Lo hemos visto incluso peor: Cerca de Le Mans el Julio pasado tuvimos que detenernos en un área de descanso de autopista ante la imposibilidad de conducir, pero esta que está cayendo no está nada mal. Son las seis de la tarde y vamos todos con las luces encendidas, muchas veces con todas las intermitencias puestas. La velocidad es con frecuencia de 40 km/h y truena por todas partes. Mas que charcos parece haber lagunas aquí y allá. No hay otra que tener paciencia y tomarlo con calma. Los rodillos del C6 son ideales para el acuaplaning y vamos con mil ojos hasta la entrada a Florencia donde ponemos dos ojos más. El tráfico con lluvia es espeso a más no poder, pero el que tiene paciencia suele ser recompensado y el navi nos lleva al hotel a la primera. Metemos el coche en el jardín del hotel, nos presentamos en recepción y metemos las maletas. Solo esto hace que nos calemos hasta los huesos.

    Es domingo, sigue jarreando y el restaurante más cercano está a trescientos metros. Para cenar asaltamos el mueble-bar y nos bebemos media botella de Chianti que había en una mesita a modo de bienvenida. Nos metemos pronto en la cama, que mañana será otro día y hay mucho que hacer. Hay que hacer el “pack estándar de Florencia”. Como veremos, dará mucho de si.
     
  5. El Becario

    El Becario Senior +

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    El relato es genial, engancha y además aporta un valor adicional que a mi me interesa especialmente; la información sobre los restaurantes y la comida ingerida con su "recomendabilidad". Un diez!

    Sigo enganchado esperando por el resto.
     
  6. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Muchas gracias por tus palabras. Vuestros comentarios me animan a seguir escribiendo y esta noche subiré la primera parte del primer día de la visita a Florencia. Estos dos días: Maranello y Florencia, son los dos ladrillos más gordos de todo el relato, pero es que junto a Milán, creo que son el núcleo del viaje. El resto será, creo, de más fácil digestión. Animo :)
     
  7. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Lunes 16 de Septiembre: Florencia
    *La Mattina*


    Tras el diluvio de ayer nos levantamos con energía en una Villa italiana con encanto, con charme, y con todo el marketing asociado a un negocio de hostelería que no deja de ser otra cosa que un bed & breakfast con énfasis en el lujo. La verdad es que el dormitorio es precioso y el cuarto de baño parece un campo de futbol dotado de una ducha donde se puede correr la banda. En lo referente al equipo humano, son todo mujeres, mujeres jóvenes. Diletta es la gerente de Villa Antea, muy agradable. Florina es de Rumanía y lleva ya unos años afincada en Italia, encargándose de preparar, traer y llevar los desayunos. Otra chica se turna en recepción. Es de origen latinoamericano y es también muy atenta. La última es italiana, guapa, y bueno, está más bien como detalle ornamental. Todas se marchan todos los días a las ocho de la tarde excepto Florina, que es la que se queda de guardia siempre por si se necesita algo.

    La habitación, como decía, es una delicia. Solo tiene un pero: Da al norte y es fría como un témpano. Probablemente sea la mejor habitación del hotel en este sentido si se visita Florencia en Julio o Agosto, pero nosotros la hemos sentido con temperaturas otoñales durante toda nuestra estancia. Por las mañanas correr la banda sobre el frío mármol de la ducha es una odisea. De salir pelo en pecho.

    Para mi es la segunda vez que visito Florencia. La anterior había sido en Abril del 2002, coincidiendo con una invitación que tuve en Ferrara para dar una pequeña conferencia. De aquella salimos pronto de Ravenna Paolo, Tito (un arquitecto amigo de Paolo que había estudiado en Florencia) y yo atravesando los Apeninos por carreteras secundarias para evitar la A1. Por cierto, los Apeninos, como muchos sabéis, son una cadena de lomas más que de montañas de unos mil metros de altura que tienen unas carreteras absolutamente Porscheras, con muy poco tráfico y totalmente recomendables para perderse por ellas con uno de nuestros coches. De aquella llegamos a Florencia sobre las once y media de la mañana. Dejamos el coche a las afueras, llamamos un taxi y nos plantamos en el Duomo en cinco minutos.

    En este reencuentro, once años después, me toca a mi hacer de cicerone, esta vez con mi mujer. El recorrido, según el plan, va a ser exactamente el mismo que hice en aquella primavera y probablemente sea el mejor recorrido posible si solo se tiene un día para visitar Florencia.

    La estrategia para visitar Florencia, si se viene en coche, es dejar el coche bien aparcado y olvidarse de él. El nuestro está bien a gusto en el jardín de la villa, así que Diletta nos llama un taxi y asunto arreglado. Los taxis no son especialmente caros en Florencia, y si se mira bien y jugando con las palabras de Enzo Ferrari, salen gratis: Por lo que paga uno es por la conversación con los taxistas. El recorrido sale gratis. Es en serio. Son parlanchines, agradables, llenos de buen humor y dados a la conversación a la mínima oportunidad que se presente. Teniendo en cuenta que uno es de los que no para de hablar, los viajes en taxi por la que probablemente es la ciudad con mayor concentración de arte en el mundo han sido un verdadero placer.

    Quiero que mi mujer sienta la sorpresa de la catedral, así que le pido que mire donde quiera excepto hacia el exterior del taxi, el cual abandonamos a una distancia de un par de minutos del Baptisterio. Le pido que no levante los ojos de la acera hasta que yo le diga. Unos pasos más allá. Ya puedes mirar:

    [​IMG]

    La fotografía no refleja ni lo más mínimo lo impactante que es esta enormidad de catedral la primera vez que se ve. Es grande pero sobre todo es, cómo diría, …, elegante. Su decoración externa con esa policromía en mármol es única. Y el campanile? Soberbio. Y la cúpula? … hablaremos en unos párrafos de ella.

    En la parte izquierda de la fotografía se aprecia el baptisterio, anterior en el tiempo a la catedral. Hay que pagar por entrar y en mi opinión no merece mucho la pena su visita, aunque esto hay que tomarlo con una pizca de sal: puede haber gente a la que le parezca imprescindible visitarlo. Hay unos frescos interesantes en su cúpula, pero el resto no suele decir nada. Como la película ya me la conozco, no entramos. Especialmente teniendo en cuenta que lo mejor del baptisterio está en el exterior: Las Puertas del Paraiso de Ghiberti:

    [​IMG]

    Con estas puertas (puertas Este, de cara a la catedral), las cuales son una reproducción abierta al público de las reales, Ghiberti se tiró veintisiete años de trabajo, a los cuales hay que sumar los más de veinte que le llevo realizar la puerta norte del baptisterio. Entre ambas, existe una mejora artística que podíamos decir, haciendo un símil cercano a nosotros, mayor que la que existe entre un 356 y un 991 Turbo S. En el 2002 no pude verlas debido a que había tres “anillos” de gente mirándolas y sin embargo esta vez no parecía haber demasiado interés en su contemplación. Fue este el primer detalle, ahora que recapacito, que muestra que el turismo ha cambiado en estos años.

    De la misma manera que las Puertas del Paraíso parecen estar algo desatendidas, la entrada a la Catedral parece haber desatado un cierto furor, ya que hay una buena cola de media hora para entrar. Debe de ser que la gente lee poco hoy en día, ya que todo el mundo sabe que la Catedral de Santa Maria del Fiori tiene un interior bastante pobre, al menos en comparación con su exuberante exterior. De acuerdo que la entrada es gratis, cosa que causa cierta extrañeza en Italia, pero no se comprende tal interés. En el 2002 no existía cola para visitarla. Casi toda la gente sale algo decepcionada del interior. Bueno, si se sabe mirar, hay cosas interesantes … mucho.

    La catedral tiene tres naves y debido a sus proporciones y paredes planas y exentas de capillas parece un tanto vacía:

    [​IMG]

    Pero fijaros en los frescos de la izquierda donde se ven un par de jinetes. Se trata de dos frescos que solo cuando se comparan con las dimensiones humanas nos damos cuenta de sus verdaderas magnitudes. Estos frescos están dedicados a dos famosos “condotieri” de la familia Medici. Los condotieri eran sencillamente los cabos de vara, los “encargados” de que el pueblo hiciera los que los Medici urdían y ordenaban. Uno se puede hacer una idea del poder de los Medici si decimos que equivalían a Emilio Botín pero multiplicado por mil, con el control de toda Florencia, toda la banca, todo el comercio y tras unas pocas generaciones, el Papado entero.

    Aquí tenemos otra perspectiva del interior:

    [​IMG]

    En esta se aprecia un diseño en el suelo que años más tarde sería utilizado, con ciertas mejoras, por Miguel Angel en una conocida plaza de Roma, no me preguntéis cual que no lo recuerdo en este momento. Esta otra imagen muestra justo la parte correspondiente a la fachada principal de Santa María de las Flores:

    [​IMG]

    Por lo visto esta catedral también tuvo una meridiana del tipo que ya hemos comentado en Bolonia, aunque finalmente se cerró al público sencillamente eliminándola. Lástima.

    La cúpula merece unos párrafos aparte. Se trata del mayor desafío arquitectónico logrado en la Italia del siglo XV y al concurso público para su diseño y construcción acudieron Ghiberti (el de las puertas) y Filippo Bruneleschi. Finalmente fue este último el que llevó a cabo la monumental obra, no sin bastantes intrigas, zancadillas, rebotes personales varios y todo lo que uno pueda imaginarse entre artistas que aunque genios, se llevaban en muchos casos a rabiar entre ellos. El dinero de los Medici era generoso para el arte, pero la codicia humana siempre ha estado en consonancia. Hoy en día las cosas siguen igual en este aspecto.

    En la base, octogonal, la cúpula tiene 45 metros de diámetro, casi el ancho de un campo de futbol. No había referentes anteriores para una cúpula de tales dimensiones que se eleva hasta los 114 metros de altura (equivalente al largo de un campo de futbol) y cuya estructura funciona de forma tal que no existen empujes laterales en la base. Actualmente nos sorprendemos –tal vez no demasiado- con cosas como el Burj Khalifa en Dubai u otros rascacielos de los de ahora, pero creo que hay que poner en perspectiva lo que era una catedral de estas dimensiones para un hombre de la calle del siglo XV. Qué podría pensar acerca de la grandiosidad y el poder que emanaba de tales construcciones? Lo que desde aquí se transmitía iría, sin duda, a misa, si se me permite el juego de palabras. Veámosla desde dentro:

    [​IMG]

    La decoración es un fresco gigante de Vasari y Zuccari, representando el juicio final. De nuevo las dimensiones son difíciles de imaginar en una simple foto hasta que nos fijamos en la barandilla de la base, cuya altura es solo algo menor que la altura media de una persona.

    Existen unas escaleras que discurren a los largo del espacio existente entre la cúpula externa e interna de la estructura, pero desistimos de intentarlo. Hay para ello que ser resistente a la claustrofobia y estar en un estado de forma que tal vez no tengamos. Curiosamente los estudiantes de arquitectura de la ciudad han de subir, es siempre una promesa, a lo más alto de la cúpula, pero solo al terminar la carrera. Hacerlo antes da mal fario.

    Terminada la visita al interior de la Catedral, salimos por la puerta sur en el lateral para encontrarnos un nutrido conjunto de caricaturistas callejeros. Uno de ellos nos aborda:

    “Caricatura, veinte Euros”
    “Si es gratis, poso con gusto”
    “Ah, ok, usted tiene unos rasgos muy muy buenos para caricatura. Se la hago por diez Euros”

    Me encanta Italia. No lo he dicho antes? Es estar como en casa. Acepto el precio y me pongo a posar.

    [​IMG]

    “Cual es su hobby?”, me pregunta para orientar la caricatura. Hago gesto de una reflexión serena y pensada. Dejo que pasen un par de segundos.
    “Las mujeres, claro”, le respondo con un gesto de total convencimiento y con sonrisa final cómplice. Otro caricaturista que se había acercado exclama de muy buen humor:
    “Ah, un playboy!”

    Nos partimos de risa. Mi mujer la primera, la cual tiene que irse unos metros para no doblarse. El rollo es excelente y todos nos reímos bastante mientras el artista va avanzando en el “retrato”. A los diez minutos o así tenemos el resultado:

    [​IMG]

    El problema ahora es la conservación. Se trata de carboncillo y faltan bastantes horas antes de regresar al hotel. Le pregunto cómo nos lo podemos llevar sin que el dibujo se nos estropee. “Ningún problema: En ese establecimiento donde pone ‘Kodak’ venden unos tubos”.

    “Grazie mille”. Nos vamos a donde pone ‘Kodak’ y entramos diciendo:
    “Bongiorno, vorriamo …”
    “Ah, un tubo!”, nos interrumpe el comerciante. No cabe duda de que en Italia las simbiosis en los negocios y las relaciones sociales forman uno de los cimientos del país.

    Os paso imagen del ambiente de la fachada Sur de la catedral:

    [​IMG]

    Y que no se me olvide: En Italia las chicas no pueden entrar con los hombros descubiertos ni en minifalda a las catedrales ni a las iglesias. Con liguero, menos aún, sospecho. Claro que para todo hay remedio. En el exterior venden una especie de plásticos o telas de color verde que las mujeres utilizan para convertirse en beatas de media hora. Tenía que captarlo con la cámara:

    [​IMG]

    En esta misma foto se pueden apreciar unas ambulancias. Están ahí para atender cualquier problema que tengan los turistas, aunque uno sospecha que en parte es para enfatizar el llamado Síndrome de Stendhal que suele provocar de cuando en vez la capital Florentina.

    Dejamos atrás la plaza de la catedral (el tiempo pasa muy rápido, hay que ir controlando el reloj con frecuencia para que el timing previsto de la jornada no se estropee) y enfilamos la Via dei Calzaiuoli en dirección a la Piazza della Signoria, el equivalente a la plaza mayor de la ciudad.

    En Florencia abunda la policía, o al menos es bastante visible, en sus diversas variantes: carabinieri, policía local, policía regional, ya que imaginamos que tanto turista puede llegar a ser un festín para carteristas y demás aprovechados del despiste. Aquí otra captura al comienzo de dicha Via:

    [​IMG]

    La misma Via pero esta vez completamente enrutados. Las casas de color amarillento del final corresponden ya a la Piazza della Signoria:

    [​IMG]

    No obstante, a medio camino decidimos desviarnos un poco hacia la Piazza della Repubblica. Mas moderna que lo visto hasta ahora. Hacemos una foto a un carrusel (tengo debilidad por fotografiar carruseles, no me preguntéis porqué) y volvemos rápido a la Via dei Calzaiuoli. Habrá tiempo un par de días más tarde para visitar esta plaza.

    [​IMG]

    Y llegamos a la Piazza Signoria:

    [​IMG]

    En primer término, a la izquierda, podéis ver a un carabiniero en plena guardia. No están de adorno y se les ve enseguida que están al loro. De hecho no conozco ningún sitio donde en circunstancias normales estén tan atentos a todo lo que se menea. Puede que haya gente a quien esto moleste, pero a cambio puedo decir que Florencia es una ciudad muy segura. Te sientes muy cómodo andando por sus calles.

    Por cierto, es curioso, y lo digo a modo de reflexión, que Florencia tiene como dos plazas mayores. Esta a la que acabamos de llegar y la plaza de la catedral. Las dos son un foco de atención tan grande que ninguna puede con la otra. Son como dos polos de un gigantesco imán urbano donde todos vamos y venimos. Echamos un vistazo a la Fuente de Neptuno, obra de Bartolomeo Ammannati y nos dirigimos a la terraza de un restaurante.

    [​IMG]

    El tiempo está muy variable, pero comer en el interior de un restaurante teniendo disponible a mano el que probablemente es el mejor museo al aire libre del mundo es un pecado. Nos decidimos por el restaurante “Orcagna”. Todas las guías de viaje recomiendan no comer en un restaurante situado en los focos turísticos (esto es casi siempre válido para cualquier ciudad del mundo), pero no vamos a meternos por una callejuela de mala muerte. El espectáculo es la ciudad y estamos dispuestos a sacrificar la calidad de la comida si es menester.

    [​IMG]

    Curiosamente las pizzas están extraordinarias. Los zumos de naranja naturales están … eso, naturales, ya sabeis lo que quiero decir, y el servicio es atento. Qué más podemos pedir? Recargamos pues fuerzas y nos preparamos para la tarde.
     
  8. porsche911

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    Magnifico reportaje!!!
    Espero que visitaras mi pueblo, aunque a mi tatatatarabuelo no lo has mencionado y eso que veo que te gustan las puertas de la catedral, necesitas mas pistas?? :)

    Saludos!
     
  9. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Jesús, José y María!, no me digas que eres el tataratataratataranieto de Ghiberti o de Bruneleschi? :idolo::idolo::idolo:

    Aunque a ambos les he mencionado :[question]
     
  10. porsche911

    porsche911 Soloporschista

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    JAJAJAJA, a esos los has mencionado.
    Otra pista, su puertas están al ladito, en el baptisterio, y a su pueblo me llevaría una gran decepción si no te hubieras acercado a ver su plaza "miracolosa".
     
  11. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Ah, Andrea Pisano!!!!!!!!! :idolo::idolo::idolo::idolo::idolo:

    No quedará fuera del tintero. Tampoco Pisa :Thumb:

    Saludotes :beer:
     
  12. QUIEROUN911

    QUIEROUN911 Soloporschista

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    Me ha encantado tu reportaje, mi mujer y yo estuvimos prácticamente en los mismos sitios en julio. Milan, Los lagos, Maranello y Santa Agata. Lo que no hicimos fue ir a Florencia. Tus fotos, que son mucho mejor que las mías, son geniales y las descripciones de restaurantes y hoteles son fantásticas.
    Gracias por un bonito reportaje.
    Saludos
     
  13. porsche911

    porsche911 Soloporschista

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    Ahora si!!!!!
    :handshake:
     
  14. Pereña

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    Me ha gustado la anécdota del "caricaturero", la foto que le sacaste mientras te retrataba, y el detalle de la cámara de fotos que le da el toque real de tu pasión por las fotos y el lugar de la cámara "empinada" haciendo honor también a las risas que os echásteis con el comentario de la "afición" por las mujeres :Rolling On The Floor Laughing:

    El resto de fotos ni las menciono, porque hablan por sí solas :idolo:

    Genial Aristharcus! :[applause]
     
  15. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Muchas gracias! Florencia es extraordinaria pero en Julio no se puede ir por el caior y los mosquitos. Ya hablare de esto tambien :-)

    Es que ya estaba facil!

    El objetivo siempre rampante, como el Cavallino :Thumb:
     
  16. Porchon

    Porchon Gran Experto Porschista

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    Un par de horas abundantes me ha llevado leer todo el hilo del tirón.
    Me ha encantado ir viendo las fotografías mientras leía las explicaciones.
    Da gusto leerte. :Thumb:
     
  17. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Muchas gracias, Isaac. Da gusto, de verdad, que a uno le lean :Thumb:

    Añado capítulo que cierra el primer día de la visita a Florencia :)
     
  18. Aristharcus

    Aristharcus Soloporschista

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    Lunes 16 de Septiembre: Florencia
    *La Sera*


    Antes de seguir adelante, tengo que homenajear al tataratatarabuelo de nuestro compañero en el foro “porsche911” con la siguiente foto:

    [​IMG]

    En la fachada sur del Baptisterio, la que se ve más iluminada por el sol, se pueden ver unas puertas de color verde. Estas son las realizadas por Andrea Pisano, anteriores a las ya mencionadas de Ghiberti. Si tenemos en cuenta que fueron realizadas en el año 1330, a principios prácticamente del Renacimiento, podemos darnos una idea del lugar en el que estaba Italia en el mundo y lo que hacíamos el resto. De hecho a nosotros nos faltaba todavía más de un siglo y medio para finalizar la Reconquista.

    En fin, habíamos dejado el relato comiendo en el restaurante Orcagna. Una vez restaurados seguimos en la Plaza Signoria, donde hay que detenerse con tranquilidad para apreciar lo mucho que se nos ofrece. En primer lugar, como no, el David de Miguel Angel:

    [​IMG]

    Como es bien sabido, no se trata del original, el cual reside en la “Academia”, sino una buena réplica colocada en su sitio original. Hace unas décadas, si mal no recuerdo, un descerebrado se lió a martillazos con esta obra del maestro florentino, creo recordar que con uno de los pies, y los italianos tomaron buenas medidas. Lo que no se es si el descerebrado le sacudió al David estando este ya en la Academia o estando todavía en la calle. En cualquier caso este David es de lo mejor de Miguel Angel aunque hay gente, me incluyo, que prefiere su famosa “Piedad”.

    Llegados a este punto, hay que recordar que los genios del Renacimiento italiano constituían lo que se llama “genio universal”, es decir, que no se dedicaban a una sola cosa, sino que gustaban de abarcar todo lo que podían: pintura, escultura, arquitectura, ingeniería, ... Bruneleschi era sobre todo arquitecto y escultor, Leonardo da Vinci era de todo, Andrea Pisano era también arquitecto y escultor, etc.

    Miguel Angel era pintor, arquitecto y escultor y es difícil decir en que arte fue más genio: Como pintor, solo con la Capilla Sixtina ya pasó al Olimpo. Como arquitecto, su aportación a San Pedro Vaticano fue la mayor de todas y con el David re-escribió la escultura. A mi, personalmente, como más me alucina es en su faceta de escultor. Hay algo en su escultura que parece más allá de lo humano, algo como intocable. De acuerdo que es una opinión personal, pero me dicen más cosas sus esculturas que sus otras aportaciones artísticas, siendo estas, lo repito, magníficas. Por cierto, el otro día escribíamos sobre el interior de la Catedral Florentina y unas formas circulares que servirían de inspiración en una obra de Miguel Angel. Ahora recuerdo de cual: La Plaza del Capitolio en Roma.

    Aquí tenemos la puerta de entrada al Ayuntamiento de Florencia, el Palacio Vecchio. Dentro tenemos un museo, el Museo dei Ragazzi, pero no hay tiempo para tanto, especialmente en este día “Firenze-Pack”, donde queremos empaparnos de lo esencial:

    [​IMG]

    La puerta principal está acompañada del David y del “Hercules y Caco”, de Baccio Bandinellli. Para mi existe un desequilibrio de categoría entre ambas realizaciones. Es como poner un Audi TT al lado de un Porsche GT. El TT no es mal coche, pero diferencias, haberlas, las hay.

    Había dicho ya que el tiempo está variable? Se nubla y de la esquina donde estamos viene un viento fresco bastante traidor. De esos que vas en camisa, estás sudando del trajín que llevas y tienes que ponerte el jersey. Por cierto, nos damos cuenta de que muchos turistas están acatarrados. Se escuchan toses aquí y allá y está claro que la tormenta de ayer, la cual nosotros pasamos atravesando los Apeninos bajo una tromba de agua, ha hecho estragos entre la gente. Imagínate que vas en camiseta con una temperatura de 26 o 27 grados y en cuestión de pocas horas te pones en 16 y cae agua hasta calarte completamente. De dar gracias de estar vivos.

    Atención, inciso: Esto de los catarros en vacaciones es muy desagradable. Recuerdo uno que pillé en el 2008 no se muy bien si en Brujas o en Bruselas. El caso es que dos días más tarde, ya al norte de Düsseldorf tenía la garganta como la lija, por no hablar en Colonia, un día después. Recuerdo que hacía un día perro, estábamos dentro de la catedral y fuera caían chuzos de punta. En un momento dado dijeron por los altavoces: “rogamos a los turistas que salgan, ya que vamos a efectuar un oficio religioso, gracias”. Como le dije a mi mujer: “Bueno, después de todo, somos católicos, no?”. Nos quedamos sentados en el banco y en medio del oficio religioso el cura dice:

    “Ahora vamos a escuchar durante unos minutos a nuestro maestro organista”

    Buff, no os podéis imaginar lo que es escuchar un concierto de órgano, aunque solo sea de diez minutos, en la Catedral de Colonia. Es algo absolutamente inolvidable, de esas cosas que se recuerdan toda la vida: El sonido, la calidez y profundidad de su sonido, la absoluta precisión de la música de Bach y la atmósfera del interior de la propia catedral hacen que te sientas en otro mundo. Pasado el oficio religioso nos cruzamos en el pasillo principal con una persona que iba en una silla de ruedas, con una botella de oxígeno en la silla alimentando una traqueotomía y que mostraba la suficiente energía como para disfrutar de su visita de la Catedral. Y yo quejándome por aquél catarro. Salí de la catedral de forma tal que me comía Colonia.

    Volvamos a la Piazza Signoria: Las muestras escultóricas continúan: Hay una estatua de bronce de Benvenuto Cellini que siempre me ha encantado: Su “Perseo y la cabeza de la medusa”. Cellini era escultor y escritor. Como escultor creo recordar que utilizó de forma habitual el método de la “cera perdida” para el tratamiento del bronce fundido en su escultura. Como escritor, reflejó siempre una moral ambigua, fue discípulo de Miguel Angel y envió a tocar el arpa a más de uno, hecho de los que solía jactarse. Un personaje peculiar, para que nos entendamos. Vamos al Perseo, ejemplo puro del manierismo italiano:

    [​IMG]

    En el mismo sitio, en la Loggia dei Lanzi y tan solo unos metros más allá, nos encontramos con el “Rapto de las Sabinas”, de Juan de Bolonia. Esta escultura es ya de finales del siglo XVI, y se aprecia en la composición la “línea serpentinatta”, lo cual refleja ya la época del manierismo, época situada entre el Renacimiento y el Barroco. No voy a decir qué es la “línea serpentinatta”, ya que una imagen lo va a dejar bien claro:

    [​IMG]

    Verdad que queda claro? :)

    Otra imagen, esta vez captando el ambiente:

    [​IMG]

    Seguimos caminando y enfilamos por la Galería de los Ufficci. No nos detendremos demasiado de momento, puesto que habrá tiempo de dedicarnos a ella otro día. Veamos en todo caso una perspectiva general. Las casas del fondo ya están al otro lado del rio Arno:

    [​IMG]

    Y una captura de un pintor callejero:

    [​IMG]

    Por cierto, fijaros que fondo más pobre para la fotografía. Esa furgoneta queda ahí como un Cristo con pistolas, pero así es la fotografía de reportaje, de la toma del instante fotográfico: no hay tiempo para muchas composiciones. Si esperas la foto se ha ido. Parafraseando al conocido arquitecto de origen suizo Le Corbusier, “entre hacer y no hacer, más vale hacer”. Yo soy de los de al menos hacer algo antes que quedarme de brazos cruzados, “click, click”.

    Dejamos atrás la Galería de los Uficci y nos encontramos por fin con el Arno. A la derecha, el Ponte Vecchio, otro de los símbolos de la ciudad:

    [​IMG]

    Es curioso que este puente es una mezcla de puente y edificio. No solo se pasa el rio, primera misión de todo puente fluvial que se precie, sino que el propio puente es un conjunto de tiendas y antiguas viviendas. Veamos otra perspectiva, ya desde el interior del propio puente:

    [​IMG]

    Las joyerías se suceden unas detrás de otra. Son casi todas especialistas en Coral:

    [​IMG]

    En el 2002 había entrado en una de ellas para llevarle algo a mi mujer. Como decía en el post pasado, este primer día en Florencia iba a ser una repetición lo más exacta posible de aquella primera visita, así que toca repetir tienda:

    [​IMG]

    En este caso he pedido permiso para hacer la foto, cosa en la que colaboran encantados, sugiriéndome incluso que haga una perspectiva del Arno desde la propia tienda. Fijaros por favor en el aspecto paisajístico del fondo, ya que volveremos a comentarlo dentro de unos días. Por cierto, los precios prácticamente se han doblado en estos once años.

    Otra imagen más, tomada ya casi desde el otro extremo del Puente. Todavía desde aquí se ve parte de la cúpula de la catedral:

    [​IMG]

    Tras atravesar el Puente, nos detenemos en una terraza para tomarnos un Macchiato. Está delicioso y nos lo tomamos con calma, que nos queda el asalto al Palacio Pitti.

    Los Pitti eran unos banqueros florentinos que como suele suceder, querían hacerse un buen palacio para demostrar a los Medici que ellos no eran los únicos que tenían las arcas a rebosar. Los Medici y los Pitti se llevaban bien y no es descabellado pensar que harían quedadas, salidas y buenos banquetes. Sin embargo, y como ocurre a lo largo de la vida, a unos les va mejor que a otros y al final los Medici terminaron comprando el Palacio a los Pitti, y ya puestos, se hicieron una reforma, construyendo un corredor que iba desde el Palacio Vecchio en la Plaza Mayor hasta el Palacio Pitti, pasando por encima de la Galería de los Uficci y del Ponte Vecchio, dicen las malas lenguas que para no mojarse los pies yendo de un sitio a otro, que Florencia tiene mas de un mes de buenas lloviznas.

    El tiempo, dentro de su variabilidad, mejora ahora bastante, y nos permite tomar unas cuantas fotos con la luz ya cálida del atardecer:

    [​IMG]

    En el otro lado de la calle descubrimos la tienda “Giulio Gianini e Figlio”, una de las mejores papelerías de la ciudad y probablemente de toda Italia, fundada en 1856. Los Gianini comenzaron su negocio como encuadernadores y es de esas tiendas que conserva todo el tiempo pasado. En la foto, situado al lado de la entrada, se puede ver al dueño:

    [​IMG]

    Como el que no quiere la cosa nos acercamos a ver los escaparates. Mala decisión. En el escaparate de la derecha hay unas plumas Delta de la colección “Dolce Vita” (qué otra podría ser!) que me piden por favor conocer Oviedo. No me extraña que a los Pitti se les fuera el dinero, algo deben de tener estas tierras que la tarjeta de crédito no llega a enfriar en la cartera. Entro, la pruebo (escribe fantástico), charlo un poco con el dueño, intento regatear un poco y aunque el precio es inamovible al menos me regala un tintero que contiene una tinta color siena oscuro que como dice el Señor Gianini, hace que lo que se escriba con ella parezca un documento antiguo. Siempre que escriba con esta pluma me acordaré de Florencia, le digo. Sonrie encantado.

    Poco a poco se nos va echando la tarde encima, así que cogemos un taxi para regresar al hotel y arreglarnos un poco antes de ir a cenar, cosa que aquí en Italia se hace incluso antes que en Francia y no es extraño ver gente por las terrazas cenando a las ocho. Miramos la lista de restaurantes recomendados por el hotel y para allá nos dirigimos dando un buen paseo. El restaurante está cerrado por descanso semanal de lunes. Ningún problema. En el otro extremo más allá de la manzana viene en la guía un sitio llamado “Panino di Categoria”, os paso referencia.

    Se trata de un bar bien puesto, pero nada especial. Me acerco a la barra y le digo a la que probablemente es la dueña:

    “Buona sera, siamo hospedati a Villa Antea …”

    Ya no hace falta decir más. Parece fiesta. La mujer sonría de oreja a oreja: que de donde somos, que qué nos apetece comer. No recuerdo ya lo que comimos, el caso es que mientras estábamos ya en la mesa dando buena cuenta de las delicias que nos habían preparado, el marido nos trae otro par de platos con más cosas. Recuerdo algo así como un jamón toscano y no se que mas. Es alucinante, estos dos platos no nos los cobran. Son un presente de la casa.

    Es hora de regresar al hotel. Entre ida y venida al Panino hemos agregado un kilómetro más de paseo en el día. No hace falta decir como dormiremos.
     
    Última modificación: 4/11/13
  19. porsche911

    porsche911 Soloporschista

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    Mas, mas! Queremos mas!!
     
  20. cangrejo

    cangrejo Soloporschista

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    No había podido hojearlo hasta hoy... tenía que haber ido con vosotros.
    Jolín, cuanta belleza.